En cada jardín de infantes Waldorf, en cada escuela, son los educadores y docentes los que hacen realidad esa pedagogía en la práctica cotidiana.
En cada espacio donde se eduque bajo los principios Waldorf, en cada país, hay una modalidad propia; una versión única de esta pedagogía. Las circunstancias y las metas de vida difieren de un país a otro, de un continente a otro, y esto hace que cada comunidad escolar tenga características singulares.
Aun así, en todos los casos se trata inconfundiblemente de jardines de infantes y escuelas Waldorf, pues todos ellos comparten el espíritu, que es universal. El cual, al ser vivido por seres humanos, se torna individual.
Al margen de las diferencias, todas las iniciativas pedagógicas coinciden en centrarse en el ser humano en proceso de formación.
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