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La libertad de movimiento

“La plena explotación de la actividad espontánea y libre, permite conocer mejor las sorprendentes capacidades del niño de actuar por sí mismo, su placer de hacerlo, el interés que pone en ellos, el ardor que despliega para llegar a su meta y obtener su dominio”


El movimiento tiene un papel fundamental en el aprendizaje y desarrollo del niño.

Si los niños viven en un clima de seguridad afectiva, pueden realizar por sí mismo todas esas primeras grandes adquisiciones, sin que nosotros tengamos que intervenir para mostrárselas, éstas se logran con bienestar, plenitud y regocijo.

En un comienzo, si observamos al niño puesto de espaldas dispone libremente de toda su energía, su cuerpo está relajado, la columna vertebral bien derecha, la cabeza puede girar sin esfuerzo en toda dirección. Así son realmente activos y las actividades se van enriqueciendo por sí mismas con el paso de los días. Ellos tienen una fuerza interior, un deseo de experimentación de su cuerpo y de los objetos que los rodean. Hay una progresión permanente y el pasaje por una sucesión de etapas comunes a todos los niños. Para lograr esto debemos respetarlos y no forzarlos a hacer algo que no está preparado para hacerlo.

Desde que ellos tienen pocos meses de nacidos debemos respetar la libertad, hasta alcanzar la bipedestación y así dan sus primeros pasos. Es importante que ellos se sientan verdaderamente seguros, en armonía con sus nuevas posturas, para así seguir con sus nuevas aventuras. La verdad es que todos van a llegar a sentarse caminar, correr, saltar, lo interesante es l

a calidad de esta adquisición, con qué seguridad y armonía podrá ejercitarla. Estos niños que gozan de libertad de movimiento, tal vez den sus primeros pasos un poco más tarde, pero caminan con placer y soltura antes que los otros, sin aferrarse ni caer.

Con esta libertad, los niños van entrenando mecanismos activos de sus pensamientos, amplios, estables, que irán utilizando cada vez más según la progresión de su crecimiento y de la ampliación de sus posibilidades, éstos serán una herramienta para su vida escolar y para toda su vida.

Vamos entrando en el desarrollo de los músculos grandes y en la expresión de la naturaleza del niño pequeño, que es estar en movimiento, podemos tener juguetes como tobogán de madera y escalera con un espacio para gatear por abajo, bloques de madera de distintos tamaños y formas que se pueden hacer de troncos y ramas, éstos a diferencia de los bloques geométricamente perfectos que se pueden comprar, permiten que los niños usen su imaginación y rápidamente se convierten en personajes.

Igual que los músculos de la mano crecen firmes y fuertes al realizar el trabajo para el que están diseñados, el cerebro y los demás órganos del cuerpo siguen una línea correcta del desarrollo si reciben las impresiones adecuadas del entorno.

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